Hablamos de claves sobre el VIH

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Otra de las mesas que tuvimos en nuestro pasado V Congreso Nacional tuvo por título «Reducción del estigma, detección precoz y prevención del VIH». Y, con ella, tuvimos que mirar de frente una realidad incómoda y es que, aunque los avances clínicos siguen produciéndose, el estigma sigue proyectando una sombra que retrasa diagnósticos, agudiza el malestar y nos aleja de un cuidado verdaderamente humano.

Para tratar esta cuestión contamos con la participación de un grupo de ponentes de lujo que unió la mirada comunitaria, la clínica y la de los cuidados de enfermería:

  • Jefferson García Chacón, Técnico en Prevención de la Comisión Ciudadana Antisida de Álava (SIDÁLAVA).
  • Ester Sáez de Adana Arróniz, Médica especialista en Enfermedades Infecciosas en la OSI Araba de Osakidetza.
  • Sandra Salazar García, Enfermera de Consultas Externas de Infecciosas en la OSI Araba de Osakidetza.

Juntos, nos ofrecieron un diagnóstico compartido y, lo más importante, un horizonte de cambio en el que la enfermería tiene un papel protagonista.

Tras una exposición en la que nos mostraron datos estadísticos sobre los diagnósticos, atención, prevalencia y evolución del VIH en los últimos años, rescatamos aquí las ideas principales:

La sombra del estigma en pleno 2025

Lo vemos en el lenguaje que usamos, en los silencios en la consulta, en la duda a la hora de ofrecer una prueba o en la vergüenza para pedirla. Algo que también vimos muy marcadamente en el emocionante corto de SIDÁLAVA: el estigma no es un “efecto secundario”, sino un determinante de salud que condiciona vidas.

Combatirlo exige un compromiso activo. Significa cambiar nuestro lenguaje profesional para que sea preciso y no culpabilice, normalizar la oferta de la prueba del VIH como parte de un cuidado integral y visibilizar la diversidad de realidades que conviven con el virus. Porque solo cuando entendemos que el VIH puede afectar a cualquiera —hombres, mujeres, jóvenes, mayores, de cualquier orientación sexual— independientemente de que estén en un grupo de mayor prevalencia o no, empezamos a derribar los muros del prejuicio.

Sobre la visibilidad…

También pusieron sobre la mesa la percepción de un cambio de paradigma en las campañas de salud pública. Mientras que en los noventa o a principios de los dos mil se hacía muchísimo hincapié en la prevención de ITS – «Póntelo, pónselo» – el foco parace haberse desplazo en los últimos años, a la prevención del consumo de drogas. Si bien es una intervención necesaria, ha dejado un vacío, diluyendo mensajes clave sobre educación sexual, uso del preservativo y herramientas preventivas como la PrEP – sobre las que, cuando no se desconocen, en muchas ocasiones se vierte también gran cantidad de prejuicios -.

Este viraje ha contribuido a una doble invisibilidad. Por un lado, la de la prevención sexual en general. Por otro, y de forma más acusada, la de las mujeres. El imaginario colectivo sigue asociando el VIH a otros perfiles de forma estricta, lo que provoca que en consulta haya una menor sospecha clínica ante síntomas indicadores en mujeres. Esto se traduce en diagnósticos más tardíos y en la falta de recursos y mensajes específicos donde ellas puedan verse reflejadas. Es una prueba más de que, sin perspectiva de género, como ya vimos en la ponencia de Judit Aldeguer sobre ejercicio físico, nuestro cuidado siempre será incompleto y perpetuará las desigualdades.

De la consulta a la comunidad: la alianza que salva vidas

Frente a este panorama, ¿qué podemos hacer? La escucha activa y la comprensión son nuestras mejores herramientas. Campañas como «Deja tu huella», que anima a incluir la analítica del VIH ante ciertas condiciones, son un buen punto de partida, pero no suficiente. Se trata de crear un clima de confianza en la consulta que permita hablar de salud sexual sin tabúes.

Y aquí es donde la colaboración con el tejido asociativo se vuelve imprescindible. El trabajo de entidades como SIDÁLAVA es fundamental: ofrecen asesoramiento, realizan pruebas rápidas y, sobre todo, proporcionan un espacio seguro de acompañamiento. Aquí cabe destacar imágenes como las del Pride Positivo, que se celebra anualmente en Madrid, y que nos recuerdan el poder del tejido comunitario.

Del Congreso al Simposio: de la reflexión a la acción colaborativa

Las ideas que sacamos de esta mesa vienen a apuntalar los valores que defendemos desde ADeNfermere. Necesitamos un verdaro liderazgo enfermero, planteado desde la innovación y valores igualitarios para lograr una transformación de los cuidados y que estos sean como los planteamos: personalizados y de precisión.

Esto nos lleva, directamente, a nuestro próximo encuentro el V Simposium ADeNfermere que celebraremos en octubre en Madrid. Este encuentro no es una jornada más, es un laboratorio vivo donde profesionales del cuidado, activistas, investigadoras y docentes nos reuniremos para co-crear soluciones. Dejamos atrás el formato tradicional para apostar por un entorno dinámico y participativo donde dialogar e inspirarnos.

Los grandes temas del Simposio recogen directamente el testigo de lo aprendido aquí:

  • Cuidados profesionales: ¿Cómo nos formamos para atender sin estigmas? ¿Qué condiciones laborales necesitamos para ofrecer un cuidado de calidad?
  • Cuidados a la mujer: Abordaremos las violencias y la invisibilidad, como la que sufren las mujeres con VIH, para garantizar un acceso equitativo a la salud en todo su ciclo vital.
  • Cuidados institucionales: Analizaremos cómo transformar la gestión y las políticas públicas, cuestionando por qué las campañas de prevención viran su foco y cómo podemos recuperarlo.
  • Cuidados simbólicos: Exploraremos el poder de las narrativas, el arte y el lenguaje como herramientas de cambio, porque, como vimos con el corto de SIDÁLAVA, una historia bien contada puede derribar más prejuicios que mil estadísticas.

El objetivo final es ambicioso y concreto: las conclusiones de este trabajo colaborativo se plasmarán en un informe colectivo de retos, que será la hoja de ruta para diseñar proyectos con entidades aliadas y buscar la financiación para hacerlos realidad.

Nuestro compromiso

La intervención de Jefferson, Ester y Sandra fue un llamamiento a la acción. En ADeNfermere recogemos el guante con un compromiso firme: integrar esta perspectiva en nuestras formaciones, promover la colaboración entre el sistema sanitario y las entidades comunitarias y trabajar para que ningún profesional de enfermería sienta que le faltan herramientas para abordar el VIH con la sensibilidad y el rigor que requiere.

Proyectos como CUIDAR 🟣 red nacen precisamente para esto: para tejer alianzas entre quienes compartimos la visión de un cuidado más justo, inclusivo y desestigmatizado. Si tu entidad resuena con estos valores, este es tu espacio.

Queremos dar las gracias más sinceras a Jefferson, Ester y Sandra por su generosidad, su valentía y por recordarnos que, en la lucha contra el VIH, cada conversación cuenta. Su trabajo, sin duda, deja huella.

Esta publicación entra dentro del proyecto «Cuidado, Conciencia y Prevención en la Lucha contra la Violencia de Género desde una Enfermería Innovadora» de ADeNfermero para la sensibilización y erradicación de la violencia de género, cofinanciado por el Ministerio de Igualdad.

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