Vacuna neumococo covid19

«Pacientes mayores que recibieron una vacuna contra la neumonía fueron diagnosticados con menos frecuencia con COVID-19, y aquellos que se contagiaron con el coronavirus parecieron tener síntomas menos severos, reveló este miércoles un estudio de Kaiser Permanente Southern California

El estudio de Kaiser, publicado el miércoles en la revista médica The Journal of Infectious Diseases, proporciona evidencia de que los adultos mayores que recibieron la vacuna PCV13 experimentaron un riesgo 35 % menor de diagnóstico de coronavirus que los que no recibieron la vacuna.»

La vacuna antineumocócica polisacárida (PPSV23 o Pneumovax®) protege contra 23 tipos de bacterias neumocócicas. Los CDC recomiendan la PPSV23 para todos los adultos de 65 años o mayores y para los adultos de 19 a 64 años que tengan ciertas afecciones o que fumen cigarrillos.

¿Qué es la enfermedad neumocócica?

Enfermedad neumocócica es un término que se usa para una amplia gama de infecciones causadas por las bacterias Streptococcus pneumoniae (pneumococcus), entre ellas:

  • Infecciones de oído
  • Sinusitis (infección de los senos paranasales)
  • Neumonía (infección en los pulmones)
  • Bacteriemia (infección del torrente sanguíneo)
  • Meningitis (infección del tejido que cubre el cerebro y la médula espinal)
  • Septicemia (respuesta extrema del cuerpo a una infección)

Los síntomas dependen de la parte del cuerpo que las bacterias estén afectando. En la sinusitis y las infecciones de oído los síntomas por lo general son relativamente
leves, por ejemplo:

  • Tos
  • Dolor de oído
  • Fiebre
  • Dolor de garganta

En la neumonía, las infecciones del torrente sanguíneo, la meningitis y la septicemia la persona también puede tener síntomas más graves, entre ellos:

  • Fiebre o escalofríos
  • Tos
  • Respiración rápida o dificultad para respirar
  • Dolor en el pecho
  • Dolor de cabeza
  • Rigidez de cuello
  • Mayor dolor al mirar luces brillantes
  • Confusión o bajo nivel de alerta

La vacuna neumococo puede ayudar a pacientes frente a covid19

Seguimos con las Vacunaciones personal sanitario 3. Todos los adultos deberían tener actualizada su vacunación frente al tétanos y la difteria. Las revisiones médicas periódicas del personal sanitario son una oportunidad para investigar el estado vacunal frente a estas infecciones y hacer las correcciones que puedan ser necesarias. Se seguirán las recomendaciones de revacunación vigentes en la población adulta de cada comunidad autónoma.

La tosferina es altamente contagiosa y la transmisión en centros sanitarios está bien documentada. Pueden actuar como fuente de infección los pacientes, los trabajadores y las visitas. Los recién nacidos y los lactantes pequeños son el principal grupo de riesgo de padecer una tosferina grave e incluso mortal.

Aunque actualmente el sarampión es una enfermedad poco frecuente y de aparición predominante en los lactantes aún no inmunizados y en el adulto joven, se considera que su riesgo de adquisición en el personal sanitario susceptible es hasta 13 veces mayor que en la población general, por un mayor contacto con personas que padecen esta enfermedad. Por otro lado, al infectarse actúan como una fuente de infección para pacientes no inmunes y para inmunodeprimidos. Según algunos estudios, el personal sanitario es la fuente del 5-10 % de todos los casos de sarampión registrados. Los trabajadores susceptibles deberían ser vacunados antes de su incorporación laboral.

El objetivo fundamental de la vacunación frente a la rubeola es prevenir la rubeola congénita, es decir, el contagio de embarazadas no inmunizadas. Se recomienda la vacunación de todo el personal sanitario. Aunque una dosis de vacuna sería suficiente, al estar esta vacuna incluida en la triple vírica, se administran siempre dos dosis en personas no vacunadas.

La transmisión nosocomial de la parotiditis se ha descrito con cierta frecuencia en los últimos años aunque, en general, han sido casos esporádicos. La vacuna está indicada en todos los sanitarios que no tengan evidencia de inmunidad, según los mismos criterios que para el sarampión.

Con carácter general, el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social delimita la recomendación de administrar la vacuna triple vírica a las cohortes nacidas con posterioridad a 1970, en base a los resultados de la Encuesta Nacional de Seroprevalencia realizada en 1996, dado que el 99,1 % de la población estaría inmunizada. Pero en el caso de los profesionales sanitarios, salvo que documenten vacunación adecuada o antecedente de infección, sería recomendable hacer la serología pertinente (IgG sarampión, IgG parotiditis, IgG rubeola) para confirmar o descartar susceptibilidad.

Las vacunaciones-personal-sanitario-3 nos indica su importancia y su implicación tanto del sistema sanitario como los sanitarios en activo

Vacunaciones del personal sanitario es un tema de actualidad. Puede transmitir el virus de la gripe a los pacientes durante el período de incubación o durante la fase de infección subclínica, por lo que los trabajadores sanitarios en contacto con enfermos deberían vacunarse cada año, antes del inicio de la temporada gripal. Además, la transmisión del virus gripal en el medio sanitario es uno de los principales motivos de absentismo laboral

 

.

Estudios realizados en centros geriátricos muestran una reducción significativa de la morbimortalidad por gripe en los pacientes si las coberturas vacunales en el personal sanitario son superiores al 60 %. A pesar de los datos a favor de la inmunización, esta vacuna presenta, en general, bajas coberturas en el colectivo sanitario, con mejor aceptación entre médicos que en profesionales de enfermería. Las razones que los trabajadores alegan con mayor frecuencia para justificar su rechazo a la vacunación son la baja percepción del riesgo de enfermar, el temor a las reacciones adversas de la vacuna, el miedo a los pinchazos y la ausencia de contacto con pacientes de alto riesgo.

El riesgo de infección para el personal sanitario está en función de la prevalencia de portadores del virus de la hepatitis B en la población asistida y de la frecuencia de exposiciones percutáneas y contactos cutáneo-mucosos con sangre o fluidos corporales contaminados, procedentes de estos pacientes. Todos los trabajadores sanitarios que tienen la posibilidad de estar en contacto con sangre o fluidos corporales y que lleven a cabo tareas que impliquen este tipo de accidentes deben ser vacunados, preferiblemente antes de su incorporación al trabajo..

La transmisión del virus varicela-zóster (VZ) en el medio sanitario es frecuente. La fuente de infección pueden ser los pacientes, el personal sanitario o las visitas, durante el período preclínico de la enfermedad. En áreas pediátricas el caso índice suele ser un niño con varicela y en los servicios de hospitalización de adultos es más frecuente la transmisión a partir de pacientes con herpes zóster diseminado. La transmisión nosocomial del virus VZ puede causar morbimortalidad importante en pacientes de alto riesgo.

Entre las estrategias diseñadas para mejorar las coberturas destacan una adecuada educación sanitaria del trabajador. El desplazamiento del personal de la unidad de vacunación a las distintas áreas laborales para vacunar a los trabajadores en su puesto de trabajo: Vacunaciones del personal sanitario  la firma de un documento de rechazo por parte del trabajador que no acepte vacunarse y la inmunización obligatoria para los sanitarios que atienden pacientes de alto riesgo.

La vacuna es un producto biológico (microorganismos: muertos, debilitados o vivos) como bacterias, hongos, parásitos y, en forma mas limitada, virus o rickettsias. Se aportan al sistema inmunitario con el objetivo de inducir la respuesta inmunitaria especifica para prevenir, atenuar o tratar las enfermedades infecciosas.

Otra definición: cualquier preparación destinada a generar inmunidad contra una enfermedad al estimular la producción de anticuerpos.

La vacunación es el proceso mediante el cual una persona recibe diferentes tipos de compuestos pensados y diseñados para proteger su salud y evitar que se contraigan diversos tipo de enfermedades. La vacunación se lleva a cabo, mediante la aplicación de la vacuna.

El propósito de las vacunas consiste en estimular los naturales mecanismos de defensas de los organismos para que produzcan anticuerpos contra un germen en particular. En caso de que la persona vacunada sea atacada por el germen, el cuerpo está preparado para hacerle frente. Los riesgos son menores, puesto que la cantidad de gérmenes usados en la vacuna y el tiempo de exposición están cuidadosamente controlados.

 

Gracias a la inmunización por medio de la vacunación se ha logrado erradicar enfermedades como viruela, la poliomielitis, hepatitis, etc. Por lo general, una vacuna proporciona protección para el resto de la vida.

Puesto que algunas afecciones requieren la exclusión de una o mas vacunas, la persona debe consultar al médico en cuanto a cuales debería recibir ella o a sus hijos (si se trata de ellos), en que orden y a que edades.

La primera vacuna fue descubierta por el médico inglés Edward Jenner en 1798, éste descubrió que al utilizar el virus de la viruela de las vacas en los humanos, éstos quedaban inmunizados frente a la viruela humana. Es por eso que el término vacuna proviene del latín vaccinus, que es perteneciente o relativo a las vacas, de vacca (vaca).

Nuestro liderazgo en Vacunas y este mes de marzo destinarlo para las Vacunaciones tanto sistémicas como fuera del calendario. Es oportuno compartir la finalidad del programa de vacunación.

Este es el programa que ofrece el Ministerio de  Sanidad.

Los programas de vacunación pueden tener diferentes objetivos y según estos, afectarán a la epidemiologia de la infección de forma diferente.

Cuando el objetivo del programa es bloquear la transmisión de las infecciones frente a las que se protege en los programas vacunales:

  • el efecto será de una disminución de los casos y la incidencia de forma importante llegando en ocasiones a la eliminación de la infección Serían fundamentalmente el objetivo de los programas de vacunación sistemática que se administran en la infancia mediante un programa de tipo cohorte (grupos seleccionados)
  • este tipo de programas disminuye  los casos (la incidencia), así como las secuelas y la mortalidad teniendo una clara repercusión en la epidemiologia de la infección

Cuando el objetivo del programa es la reducción  de la mortalidad y enfermedad grave pero no bloquea la transmisión:

  1. este tipo de programas no suele producir una reducción notable de casos por lo que la incidencia de la enfermedad puede no variar.
  2. La vacuna se administra a personas que se encuentran incluidos en el grupo de riesgo de padecimiento de la enfermedad grave.
  3. Entre otros, un ejemplo sería el de la vacunación de l agripe en los mayores de 65 años, en el que la reducción de la incidencia no es lo importante pero si la de proteger a aquellas personas que están en mayor riesgo de padecer la enfermedad grave.
  4. Otro ejemplo, la vacunación de la varicela en preadolescentes no inmunizados con anterioridad. La finalidad del programa de vacunación será proteger a una posible varicela grave (más frecuente en la edad adulta) a a aquellos niños que llegan a la preadolescencia siendo susceptibles

©ADeNfermero 2022 - 2025 – Política de privacidad y protección de datos