Seguimos con las Vacunaciones personal sanitario 3. Todos los adultos deberían tener actualizada su vacunación frente al tétanos y la difteria. Las revisiones médicas periódicas del personal sanitario son una oportunidad para investigar el estado vacunal frente a estas infecciones y hacer las correcciones que puedan ser necesarias. Se seguirán las recomendaciones de revacunación vigentes en la población adulta de cada comunidad autónoma.
La tosferina es altamente contagiosa y la transmisión en centros sanitarios está bien documentada. Pueden actuar como fuente de infección los pacientes, los trabajadores y las visitas. Los recién nacidos y los lactantes pequeños son el principal grupo de riesgo de padecer una tosferina grave e incluso mortal.
Aunque actualmente el sarampión es una enfermedad poco frecuente y de aparición predominante en los lactantes aún no inmunizados y en el adulto joven, se considera que su riesgo de adquisición en el personal sanitario susceptible es hasta 13 veces mayor que en la población general, por un mayor contacto con personas que padecen esta enfermedad. Por otro lado, al infectarse actúan como una fuente de infección para pacientes no inmunes y para inmunodeprimidos. Según algunos estudios, el personal sanitario es la fuente del 5-10 % de todos los casos de sarampión registrados. Los trabajadores susceptibles deberían ser vacunados antes de su incorporación laboral.
El objetivo fundamental de la vacunación frente a la rubeola es prevenir la rubeola congénita, es decir, el contagio de embarazadas no inmunizadas. Se recomienda la vacunación de todo el personal sanitario. Aunque una dosis de vacuna sería suficiente, al estar esta vacuna incluida en la triple vírica, se administran siempre dos dosis en personas no vacunadas.
La transmisión nosocomial de la parotiditis se ha descrito con cierta frecuencia en los últimos años aunque, en general, han sido casos esporádicos. La vacuna está indicada en todos los sanitarios que no tengan evidencia de inmunidad, según los mismos criterios que para el sarampión.
Con carácter general, el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social delimita la recomendación de administrar la vacuna triple vírica a las cohortes nacidas con posterioridad a 1970, en base a los resultados de la Encuesta Nacional de Seroprevalencia realizada en 1996, dado que el 99,1 % de la población estaría inmunizada. Pero en el caso de los profesionales sanitarios, salvo que documenten vacunación adecuada o antecedente de infección, sería recomendable hacer la serología pertinente (IgG sarampión, IgG parotiditis, IgG rubeola) para confirmar o descartar susceptibilidad.
Las vacunaciones-personal-sanitario-3 nos indica su importancia y su implicación tanto del sistema sanitario como los sanitarios en activo